

Por: Sinaí Estudios Estratégicos
El Senado frenó cinco decretos y puso un límite a la motosierra. La pregunta no es si hay que ajustar, sino cómo lograr que la libertad tenga orden y confianza.
El rechazo a los decretos de Milei encendió alarmas: Vialidad, INTI, INTA y otros organismos no podrán ser eliminados ni transformados como había planeado el Gobierno. Fue un golpe político, pero también una señal: la motosierra tiene un límite cuando no hay reglas claras que le den sustento.
El estatismo creó estructuras inútiles que cargan sobre la sociedad.
La motosierra, cuando corta sin rumbo, genera incertidumbre y resistencia.
El país necesita otra cosa: un orden nuevo que no repita el pasado, pero tampoco se hunda en el caos.
Este revés no tiene por qué ser el final del plan de reformas. Puede ser la oportunidad para algo más grande: instituciones modernas, ágiles, pero con códigos compartidos.
Así como en el mercado inmobiliario no alcanza con desregular a los colegios, tampoco alcanza con eliminarlos de un plumazo. Hace falta un sistema de confianza que permita que la libertad no se convierta en selva.
El ajuste es necesario, sí. Pero más necesario todavía es que la libertad tenga reglas, trazabilidad y cooperación.
La motosierra puede abrir el camino.
El orden lo tiene que construir la sociedad.
El MLS Sinaí nace en esa línea: ni burocracia muerta ni motosierra ciega, sino orden voluntario y ético para un país libre y confiable.