

Por: Portal Sinaí Olavarría
Millones que desaparecen
Olavarría es uno de los mayores productores de piedra y cemento del país. Cada camión que sale de una cantera paga impuestos. Cada bolsa de cemento deja recaudación. Estamos hablando de cientos de millones de pesos por año.
Ese dinero debería traducirse en calles asfaltadas, luminarias, seguridad, escuelas modernas, atención en salud. Pero la realidad es otra: el dinero desaparece en la maraña política, mientras la ciudad sigue igual de gris y estancada.
En Venezuela, el petróleo —su “oro negro”— genera ingresos gigantescos. Pero la corrupción y el mal manejo convirtieron esa riqueza en pobreza. En Olavarría, pasa lo mismo a escala local: tenemos oro gris, pero vivimos como si no lo tuviéramos.
Hace décadas que los mismos dirigentes administran los recursos. La ciudad no avanza:
Calles destruidas y barrios olvidados.
Servicios básicos deficientes.
Inseguridad creciente.
Jóvenes que se van porque no ven futuro.
La recaudación está, los recursos existen, pero el progreso nunca llega al vecino.
La pregunta es simple: ¿hasta cuándo vamos a aceptar que el dinero de todos se pierda sin rendición de cuentas?
La respuesta no está en esperar que “los mismos de siempre” cambien. La respuesta está en organizarnos:
Bases de datos ciudadanas para controlar qué entra y qué sale.
Grupos de WhatsApp por cuadra y barrio para estar conectados.
Comités de cuadra que exijan transparencia y defiendan los recursos de la gente.
Sinaí no es un partido ni un líder: es el pueblo organizado. Es la unión de vecinos que entienden que la riqueza de Olavarría es de todos y que el futuro depende de poner orden desde abajo.
👉 El oro gris es real, la recaudación es enorme. Si no nos unimos, seguirá desapareciendo. Pero si nos organizamos, Olavarría puede dejar de ser la Venezuela del cemento y empezar a ser la ciudad que merece ser.