

Por: Observatorio de Transformación Inmobiliaria y Justicia Territorial Sinaí
📊 Los números que destrozan el relato
3,18 delitos por día en Olavarría: cada jornada la ciudad entera es saqueada en pedazos. Celulares, bicicletas, casas violentadas, comercios asfixiados. (cdnoticias.com)
7,9 homicidios cada 100.000 habitantes (2010): más del doble que Azul (3,1) y casi el triple que Tandil (2,5). ¿Alguien vio a los políticos explicar por qué Olavarría sangra más que sus vecinos? (Agencia Comunica - UNICEN)
Armas en los barrios: no es un mito. En la periferia, el gatillo fácil de los delincuentes es parte del paisaje, aunque las autoridades lo escondan bajo frases lavadas de “hecho aislado”.
👉 Estos datos no aparecen en portales oficiales de “transparencia”. No es casual: sin estadísticas no hay reclamo, sin información no hay resistencia.
Robos al paso normalizados: ya nadie se sorprende si te sacan el celular o la bicicleta.
Casas vulneradas: familias que vuelven y encuentran su vida tirada en el piso.
Calles a oscuras: luminarias apagadas, barrios olvidados, patrulleros que no llegan.
Medios locales fragmentados: titulares irrelevantes para tapar lo esencial.
Silencio político y religioso: la dirigencia mira para otro lado mientras el pueblo se desangra.
Esto no es mala suerte. Es una ciudad entregada a la anomia, donde la decadencia se volvió rutina.
El verdadero asesino de Olavarría no es solo el que roba o dispara.
El asesino es:
La apatía de los que ven y callan.
El miedo de los que saben y no denuncian.
La desinformación de medios que venden humo.
La desconexión de vecinos que dejaron de confiar.
Ese cóctel mata más que cualquier delincuente armado.
Imaginá Olavarría distinta:
Comités de cuadra que cuidan, informan y protegen.
Estadísticas reales sobre delitos, precios, servicios.
Calles iluminadas y seguras porque el vecino está despierto, no anestesiado.
Un pueblo inflamado y educado, como quería Perón, dueño de su destino y no esclavo de su miedo.
Olavarría tiene dos caminos:
Seguir anestesiada → más robos, más muertes, más silencio cómplice.
Organizarse y resucitar → vecinos comunicados, informados y seguros, construyendo una ciudad de confianza.
👉 Nadie arriba nos va a salvar. La llave está abajo, en tus manos.
👉 Vos decidís: seguir siendo espectador en la ciudad fantasma o ser protagonista en la resurrección de Olavarría.
⚡ Conclusión explosiva:
La apatía es homicida. La desconexión es cómplice. El silencio es corrupción.
Olavarría puede morir en la oscuridad o encenderse como faro.
El futuro paradisíaco está listo para quien se atreva a organizarse.