domingo 28 de septiembre de 2025 - Edición Nº122

Reforma y Desregulación | 28 sep 2025

Olavarría puede dar el ejemplo

Transparencia en las escrituras: un paso para ordenar el mercado local

14:59 |Hoy no sabemos cuántas propiedades se venden ni a qué valores reales: ni escribanos, ni martilleros ni el Estado publican estadísticas confiables. Pero Olavarría tiene la oportunidad de ser pionera: reunir a profesionales y ciudadanos para crear un índice local de precios y ventas que nos devuelva confianza, datos claros y un mercado más justo para todos.


Por: Diego Ibarlucia

 

El espejo oculto de las escrituras: lo que Olavarría no sabe sobre su propio mercado inmobiliario

En cada compraventa se juega más que un contrato: se define qué tan transparente es nuestra economía local. Sin embargo, el sistema de escrituración argentino está diseñado de tal manera que todos —ciudadanos, escribanos, martilleros y Estado— terminamos participando de una coreografía de medias verdades. El problema no es solo legal o fiscal: es cultural. Y si no nos animamos a mirarlo de frente, seguiremos tomando decisiones en la oscuridad.


1. La trampa invisible en la que caemos todos

Cuando alguien vende su casa en $50 millones pero declara $35 millones para pagar menos impuestos, no lo hace por maldad. Lo hace porque el sistema lo empuja. El comprador acepta, el escribano certifica, el martillero acompaña y el Estado recauda lo que puede.
Así se arma un círculo en el que todos sienten que “hacen lo correcto” dentro de un esquema injusto. El resultado: lo real nunca aparece en los registros.


2. El silencio de los números que no existen

Más grave aún que declarar por menos es que no sabemos cuántas propiedades se venden ni en qué valores reales.

  • Los colegios de escribanos no publican índices locales.

  • Los martilleros no generan estadísticas públicas.

  • Los organismos del Estado solo repiten datos parciales.

El mercado inmobiliario de Olavarría —y del país entero— funciona como una ciudad sin espejos: caminamos, pero nunca vemos nuestro reflejo.


3. La consecuencia: decisiones en la oscuridad

  • El propietario que quiere vender no sabe cuánto pedir.

  • El comprador no sabe si el precio que le ofrecen es justo.

  • Los profesionales no pueden planificar con métricas serias.

  • La ciudad no puede diseñar políticas ni atraer inversión porque carece de estadísticas confiables.

En definitiva: todos jugamos un partido sin marcador, sin saber quién gana y quién pierde.


4. Una pregunta incómoda pero necesaria

¿Por qué aceptamos vivir en un sistema donde la información real se esconde?
¿Hasta cuándo seguiremos naturalizando que “así funciona” sin pensar en las consecuencias?
¿Quién se beneficia realmente cuando los ciudadanos no tienen datos para decidir con claridad?


5. Una propuesta para Olavarría

No podemos esperar a que cambien las leyes nacionales. Pero sí podemos empezar a construir un orden local.

  • Reunir a escribanos e inmobiliarias para generar un índice mensual de escrituras.

  • Publicar valores promedios por zona, de manera anónima y transparente.

  • Crear una base de datos que refleje la verdad del mercado y sirva de guía para todos.

No se trata de culpar: se trata de reconocer que todos jugamos en un tablero torcido y que, si no lo enderezamos juntos, nadie gana.


6. El desafío cultural

La verdadera transformación no será solo técnica ni contable. Será cultural. Requiere que dejemos de ver la evasión como “normal” y que empecemos a valorar la transparencia como un capital social.
No es solo cuestión de impuestos: es cuestión de confianza.


Cierre

Olavarría necesita un espejo. Uno que nos devuelva la imagen completa de lo que somos y lo que valen nuestras propiedades. Un mercado sin datos es como una ciudad sin brújula: avanza, pero no sabe hacia dónde.
La pregunta es: ¿nos animaremos a construir ese espejo juntos o seguiremos viviendo en la penumbra cómoda de las medias verdades?

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