Por: Diego Ibarlucía
🕍 I. Los Fariseos: los guardianes del sistema muerto
En tiempos de Jesús, los fariseos eran los moralistas de turno: aparentaban santidad mientras conspiraban con el poder.
Hoy, los fariseos modernos son los que predican ética pero actúan con doble cara; los que hablan de justicia pero usan la ley para aplastar al justo.
Defienden un sistema corrupto solo porque en él conservan su trono.
📖 “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8).
Los escribas eran expertos en el texto, pero ignoraban el alma.
Sabían las leyes, pero no conocían la verdad.
Eran burócratas de la fe, amantes del protocolo, incapaces de amor.
📖 “Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque diezmáis la menta y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia y la misericordia” (Mateo 23:23).
Jesús echó a los mercaderes del templo porque habían convertido la fe en negocio.
Hoy, muchos corredores y martilleros hicieron lo mismo con el hogar.
Se olvidaron de que la propiedad es un derecho y no una mercancía para pocos.
Predican exclusividad, pero practican exclusión.
📖 “No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24).
Antes los escribas controlaban las Escrituras.
Hoy controlan la información.
En Olavarría, los nuevos escribas se esconden detrás de sellos, oficinas y sistemas cerrados.
No muestran estadísticas, no comparten datos, no publican índices de venta.
Solo ellos saben cuánto vale una propiedad, quién compra, quién vende, y a qué precio.
Y mientras el pueblo trabaja y produce, ellos manipulan el conocimiento.
Eso no es solo torpeza: es peligroso.
Un pueblo sin información es un pueblo esclavo.
📊 No tener índices de venta reales nos impide hacer buenos negocios, tomar decisiones, proyectar el futuro.
Es absurdo y antieconómico, pero sobre todo, inmoral.
📖 “Porque han tomado la llave del conocimiento; ellos mismos no entran, y a los que quieren entrar se lo impiden” (Lucas 11:52).
Al ocultar la verdad del mercado, construyen un sistema de feudalismo moderno: pocos saben, pocos deciden, y todos los demás dependen.
Así se destruye una economía local, una sociedad y una cultura de confianza.
📖 “La verdad se cayó en la plaza, y la equidad no pudo entrar” (Isaías 59:14).
El MLS Sinaí nace precisamente como antídoto contra este mal.
Es un pacto de transparencia: una mesa donde todos ven los mismos datos, donde la verdad reemplaza al rumor, y donde cada ciudadano puede decidir con conocimiento.
📖 “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
Herodes mandó matar inocentes por miedo a perder poder.
Pilato se lavó las manos.
Hoy, los políticos hacen lo mismo: promulgan leyes que destruyen la familia, roban al pueblo con impuestos y se lavan las manos mientras el país arde.
📖 “Sus príncipes son rebeldes y compañeros de ladrones; todos aman el soborno y van tras las recompensas” (Isaías 1:23).
Antes, los profetas hablaban en nombre de Dios.
Hoy, los medios hablan en nombre de quien paga más.
La mayoría ya no busca la verdad, sino el clic.
En Olavarría, la prensa calla lo que debería denunciar y amplifica lo que conviene a los poderosos.
📖 “Ay de los que a lo malo llaman bueno, y a lo bueno malo” (Isaías 5:20).
El enemigo logró que los hombres peleen entre ellos en lugar de contra la corrupción.
La guerra espiritual se trasladó a las redes sociales, donde el odio se disfraza de opinión.
📖 “No tenemos lucha contra carne ni sangre, sino contra principados y potestades” (Efesios 6:12).
El enemigo entendió que para destruir una nación primero debe destruir el hogar.
Hoy vemos hombres sin liderazgo, mujeres heridas, hijos confundidos y familias divididas.
📖 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Salmo 127:1).
Sin familia no hay orden, y sin orden no hay futuro.
Iglesias sin fuego, colegios sin sabiduría, cámaras sin justicia, concejos sin alma.
Todo parece ordenado, pero todo está hueco.
📖 “Tienen apariencia de piedad, pero niegan su poder” (2 Timoteo 3:5).
Jesús lloró sobre Jerusalén: “Cuántas veces quise juntarte como la gallina a sus polluelos, y no quisiste” (Mateo 23:37).
Así está Olavarría: desunida, dormida, repitiendo discursos sin accionar, esperando milagros sin obedecer principios.
Pero aún hay esperanza: Dios siempre guarda un remanente.
Un grupo pequeño, pero decidido, capaz de levantar el nuevo orden: ético, transparente, colaborativo.
Sinaí es un monte, no una empresa.
Representa el lugar donde se recibe la Ley, donde se renueva el pacto, donde el caos se ordena.
Así como Moisés subió al monte para traer claridad, hoy Olavarría debe subir espiritualmente para restaurar su estructura moral, económica y social.
📖 “Y me harán un santuario, y habitaré en medio de ellos” (Éxodo 25:8).
El MLS Sinaí no es un negocio: es una revolución moral.
Un símbolo de que los ciudadanos pueden organizarse sin corrupción, cooperar sin control estatal, y prosperar con verdad.
📖 “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17).
Olavarría está en ese punto decisivo.
Ya no se trata de religión ni política: se trata de verdad.
Los escribanos deben dejar de ocultar.
Los martilleros, dejar de excluir.
Los políticos, dejar de mentir.
Los periodistas, dejar de manipular.
Los hombres, volver a liderar.
Las mujeres, volver a edificar.
Las familias, volver a orar.
Las instituciones, volver al Espíritu.
Solo entonces Olavarría será libre, y el Reino de Dios empezará a manifestarse entre nosotros.
📖 “La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron” (Juan 1:5).