Por: 🧱 Redacción Sinaí Olavarría
Durante su participación en Canal Uno, Diego Ibarlucia volvió a poner sobre la mesa una verdad incómoda: “estamos desorganizados, desunidos y sin sistema”.
Lejos de limitarse al diagnóstico del mercado, el fundador de Sinaí MLS Olavarría señaló que el problema inmobiliario es apenas un espejo del desorden cultural e institucional que afecta a toda la sociedad.
“Tenemos cemento, ingenieros, arquitectos y gente con ganas de trabajar. Lo que falta es organización. No nos falta capacidad, nos falta sistema”, afirmó Ibarlucia con la serenidad de quien entiende que el cambio no llegará desde arriba, sino desde el orden moral y profesional de abajo hacia arriba.
El conductor Andrés Peregrini le preguntó por qué, si existen recursos y talentos, el sistema sigue paralizado.
La respuesta de Ibarlucia fue tan simple como profunda:
“Porque cada uno intenta sobrevivir por su cuenta. Y cuando una sociedad se fragmenta, los pueblos organizados terminan dominando a los desorganizados. Pasó así en toda la historia de la civilización y sigue pasando.”
El MLS —Multiple Listing Service— aparece en ese contexto no como un experimento técnico, sino como una herramienta civilizadora: un espacio donde las inmobiliarias y agentes serios puedan cooperar bajo reglas claras, compartir información, y devolverle trazabilidad y confianza al mercado.
“Esto no es solo comprar o vender propiedades. Es confianza. Y la confianza requiere reglas claras”, remarcó.
Uno de los momentos más potentes de la entrevista fue cuando Ibarlucia vinculó el cambio político actual con la necesidad de estructuras firmes:
“Ganó Milei, y eso me parece muy bueno. Pero la libertad sin reglas claras y sin instituciones fuertes no es libertad. No hay libertad sin la verdad.”
Esa frase sintetiza el espíritu del proyecto Sinaí: una libertad con estructura, un mercado con ética, y una competencia basada en resultados, no en desinformación ni egoísmo.
Con tono pausado, Diego subrayó que el problema habitacional no se resolverá desde los discursos, sino desde el restablecimiento de valores:
“Hay algo por encima de la dignidad, y es la honra. Ganarse el pan. El que vive del pan ajeno no progresa. Todos queremos vivir bien, tranquilos, tener nuestra propiedad y trabajar por lo que ganamos.”
En una ciudad donde abundan carteles despintados de propiedades que no se venden hace años, la propuesta de Sinaí MLS aparece como una metodología concreta para ordenar el caos: contratos exclusivos, transparencia en precios y cooperación entre colegas.
Hacia el cierre, Ibarlucia invitó a quienes quieran vender o integrarse al mundo inmobiliario a acercarse a Sinaí MLS:
“Tenemos un plan para vender propiedades, pero también una oportunidad para quienes quieran entrar en este nuevo mercado. El sistema está caótico, pero lo vamos a ordenar cooperando y en unidad.”
Su mensaje final sintetiza la visión del movimiento:
la libertad sin verdad es ilusión, la verdad sin orden es impotencia, y el orden sin cooperación es tiranía.
Sinaí busca unir las tres.
Esta entrevista no fue una simple charla de actualidad. Fue una pieza doctrinal, una declaración de principios sobre el futuro del trabajo, la vivienda y la cultura local.
Mientras muchos esperan que el cambio venga de los gobiernos, Diego Ibarlucia recuerda que el orden verdadero comienza donde las personas deciden cooperar bajo la verdad.
Olavarría tiene los recursos. Lo que falta —como dijo— es sistema.
Y Sinaí MLS está construyéndolo.