jueves 06 de noviembre de 2025 - Edición Nº161

Poder Local y Ciudadanía | 6 nov 2025

🏙️ Olavarría bajo la mirada del Reino

“La ciudad de los nuevos animales: burros, lobos y águilas entre el caos y el orden”

01:29 |Olavarría se convirtió en un espejo de lo que pasa en el país: un ecosistema donde cada actor ocupa un rol simbólico. Burros obedientes, lobos disfrazados, serpientes institucionales y algunas águilas que aún vuelan alto. El desafío no es económico, sino moral: volver a nombrar las cosas y reconstruir el orden perdido.


Por: Observatorio de Transformación Inmobiliaria y Justicia Territorial Sinaí

🐴 Los burros del sistema

Están en todas partes. Repiten lo que escuchan, sin pensar.
Defienden estructuras caducas, juramentos vacíos y sellos que ya no significan nada.
Dicen “así se hace” mientras la ciudad se cae a pedazos.
El burro no es malvado, sólo no ve.
Representa a los que siguen reglas muertas, aunque el suelo tiemble bajo sus pies.

🐍 Las serpientes del poder

Habitan los pasillos institucionales.
Son los que sonríen mientras conspiran.
Susurran en los oídos correctos, manipulan con dulzura y actúan con veneno.
No construyen, administran la confusión.
Viven del “no se puede”, del “siempre fue así”, del miedo a perder control.
En Olavarría, las serpientes no están en el campo: están detrás de los escritorios.

🐺 Los lobos disfrazados

Hablan de justicia, pero negocian con la injusticia.
Predican ética, pero facturan caos.
Son los que dicen representar al pueblo mientras viven del sistema que lo oprime.
El lobo se disfraza de colega, de político, de defensor, de “hombre de bien”.
No busca el bien común, busca el control del corral.

🐑 Las ovejas dormidas

La mayoría silenciosa.
Cansados, desilusionados, anestesiados por años de promesas rotas.
Viven con miedo a ser señalados, entonces callan.
Y ese silencio —más que la corrupción— es lo que mantiene al caos de pie.

🦅 Las águilas

Pocas, pero visibles.
No piden permiso para volar.
No esperan subsidios, ni sellos, ni aprobación.
Ven la ciudad desde arriba y actúan con visión.
Entienden que la batalla no es entre inmobiliarias, ni entre colegios, ni entre partidos.
Es entre la verdad y la mentira, la luz y la sombra, la cooperación y el egoísmo.
El águila no discute con burros: vuela y transforma.


🌍 Conclusión

Olavarría no necesita más obras, ni más slogans.
Necesita que alguien vuelva a nombrar las cosas:
llamar a la corrupción por su nombre, al miedo por su nombre, y a la verdad por el suyo.

El MLS Sinaí no es un proyecto inmobiliario, es un acto de restauración moral.
Porque cuando las palabras recuperan sentido,
las instituciones vuelven a tener alma,
y la ciudad vuelve a tener esperanza.

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