lunes 15 de diciembre de 2025 - Edición Nº200

Fe y Cultura | 30 nov 2025

Historia, identidad y poder

Cómo nos programaron para odiar a España: la leyenda negra según Marcelo Gullo y lo que eso significa para Argentina y Olavarría

En una entrevista explosiva, Marcelo Gullo explica que el odio a España y la deformación de nuestra historia no nacieron “de la nada” ni solo de la izquierda: primero fueron obra de las oligarquías liberales y luego de los aparatos comunistas e indigenistas del siglo XX. Ese relato artificial —la leyenda negra— rompió nuestra identidad hispánica y nos dejó sin raíces. Mientras tanto, las élites locales y extranjeras usan ese vacío para seguir dominando territorios, mercados y mentes. En Olavarría, el desorden inmobiliario y la fragmentación social son parte del mismo problema. El modelo Sinaí MLS se propone ir a la raíz: reconstruir verdad, comunidad y orden desde abajo.


Por: Observatorio de Historia, Identidad y Mercado Inmobiliario Sinaí

1. 1892: cuando la hispanidad todavía era motivo de orgullo

El entrevistador le recuerda a Gullo algo incómodo para el relato progresista actual:
en 1892, a 400 años del descubrimiento de América, en Argentina y gran parte de Hispanoamérica la hispanidad se celebraba con orgullo.

No había:

  • odio sistemático a España,

  • ni rechazo masivo de la herencia hispánica,

  • ni esa culpa neurótica que hoy parece obligatoria en universidades, medios y política.

¿Qué pasó entonces en el siglo XX para que, en vez de orgullo, termináramos programados para sentir culpa, vergüenza y rechazo hacia nuestra propia raíz?

La respuesta de Gullo es directa y rompe el esquema cómodo de “la culpa es solo de la izquierda”.


2. La leyenda negra no nació en la izquierda: la parió la derecha oligárquica

Gullo lo dice sin rodeos:
la leyenda negra antihispánica en Argentina no nació en la izquierda, sino en la derecha liberal oligárquica.

Nombra responsables concretos:

  • La Generación del 37: Alberdi (joven), Echeverría, Sarmiento.

  • El núcleo de intelectuales liberales anglófilos, enamorados de Inglaterra y Francia, que despreciaban lo hispánico.

¿Su esquema mental?

  • Civilización = inglés, protestantismo, Inglaterra.

  • Barbarie = español, catolicismo, España.

Sarmiento llega a decir que tiene “un odio mortal hacia España” y plantea que la verdadera civilización es el mundo anglosajón. Ese odio racial-cultural se vuelve doctrina de Estado.

Gullo agrega un dato clave:
el himno nacional argentino original era ferozmente antihispánico.
No lo escribió un marxista, ni un indigenista:
lo impulsó la derecha liberal, anglófila y oligárquica.

Más tarde, Julio Argentino Roca —otra figura de la “derecha liberal” que hoy muchos reivindican sin conocer el detalle— es quien recorta las partes más violentamente antihispánicas y comienza una recuperación parcial de la hispanidad.

La conclusión es brutal:

La primera leyenda negra contra España en Argentina la hicieron nuestras propias élites “civilizadas”, no la izquierda.


3. Yrigoyen, Perón y la batalla por la identidad

Gullo marca otro punto:
cuando aparece Hipólito Yrigoyen, primer presidente elegido con voto popular real, se da un giro simbólico poderoso.

  • Establece el 12 de octubre como feriado nacional,

  • Reivindica la historia de España,

  • Reabre la puerta a una visión positiva de la hispanidad.

Más tarde, el peronismo juega otro rol clave:
mientras los comunistas intentan instalar un relato antihispánico desde las universidades, la clase trabajadora argentina no compra el libreto marxista y se encolumnan detrás de Perón, que era abiertamente hispanista.

Resultado:
otra vez, el intento de destruir nuestra raíz hispano-católica se frena.

Pero no por mucho tiempo.


4. El siglo XX: la izquierda recicla la mentira de la derecha

Lo que sigue es casi un manual de manipulación ideológica:

  1. Década del 30:
    Stalin ordena a los partidos comunistas de América del Sur reunirse en Buenos Aires.
    Ahí deciden adoptar la leyenda negra como herramienta:

    • para enfrentar a Estados Unidos en su “patio trasero”,

    • para promover “repúblicas indígenas”,

    • para desestabilizar los Estados nacionales hispanoamericanos.

  2. Universidades y pensamiento hegemónico:
    Los comunistas ganan poder en el ámbito académico.
    La leyenda negra se vuelve “sentido común” entre profesores, intelectuales y militantes.

  3. Revolución cubana y Galeano:
    Con la caída del relato de la clase trabajadora como sujeto revolucionario,
    Fidel Castro y la inteligencia cubana promocionan libros como
    “Las venas abiertas de América Latina” para reinstalar un relato de culpa permanente contra España y la hispanidad.

  4. Foro de São Paulo y el nuevo sujeto: “las masas indígenas”:
    Al quedar obsoleto el obrero industrial como sujeto revolucionario, se fabrica uno nuevo: el indígena.
    Para eso hay que mentirle a esos pueblos:

    • inventar que todo lo hispánico es opresión,

    • borrar el componente mestizo e hispano-católico,

    • presentar a España como el demonio absoluto.

Todo esto, dice Gullo, se hace sabiendo que es una manipulación.
Incluso Fidel —hispanista en lo personal— resucita la leyenda negra porque le sirve para evitar que sus cuadros “tengan que ir a trabajar” y puedan seguir viviendo de la revolución permanente.


5. Resultado: un continente sin padre, sin relato verdadero y fácil de manipular

El efecto acumulado de estos ataques —de derecha oligárquica primero, de izquierda revolucionaria después— es devastador:

  • Pueblos que odian su propia raíz.

  • Jóvenes educados para creer que su historia es solo crimen y vergüenza.

  • Países que reniegan de lo que los hizo posibles: lengua, fe, derecho, cultura común.

  • Un relato donde siempre somos víctimas eternas, nunca responsables de nada.

Y cuando un pueblo odia a su propio padre histórico, queda perfecto para ser colonizado de nuevo:
no ya por España, sino por:

  • bancos internacionales,

  • ONGs globales,

  • potencias que necesitan territorios, recursos y almas vacías,

  • corporaciones tecnológicas y financieras,

  • y, sí, también por franquicias económicas que operan como pequeños imperios en sectores claves.


6. ¿Qué tiene que ver todo esto con Olavarría y el mercado inmobiliario?

Mucho más de lo que parece.

Porque el mercado inmobiliario argentino es hoy:

  • uno de los espacios donde más se ve la ruptura de nuestra tradición hispánica de comunidad,

  • un campo minado por intereses corporativos “modernos” que repiten, en versión económica, la misma lógica de la leyenda negra:
    destruir lo propio, despreciar lo local, desarmar el tejido comunitario.

En Olavarría pasa algo muy concreto:

  • Colegios profesionales, cooperativas y estructuras viejas que se dicen “defensoras del pueblo” pero se mueven como oligárquicas liberales del siglo XIX:
    poca transparencia, mucho relato, cero autocrítica.

  • Franquicias inmobiliarias extranjeras que operan como vanguardia de un nuevo orden económico,
    usando datos, marketing y red de vendedores para dominar un mercado desintegrado.

  • Agentes, martilleros y profesionales desunidos, repitiendo guerras internas que recuerdan la pelea entre derecha oligárquica e izquierda ideológica:
    todos discuten, nadie ordena nada.

  • Ciudadanos sin relato propio, sin información confiable, sin una visión clara de su propio territorio.

Es simple:
si te rompen la historia, después te rompen el mercado.
Si odias tu propia raíz, terminás alquilándole la identidad a otro.


7. Sinaí MLS: recuperar la hispanidad sana en versión siglo XXI

La hispanidad verdadera —la que Gullo defiende— no es una bandera vacía ni un romanticismo reaccionario.
Es una forma concreta de organizar la vida:

  • comunidad antes que individuo aislado,

  • cuerpos intermedios fuertes (cabildos, cofradías, comunidades)

  • fe y ética como base del contrato social,

  • territorialidad viva, no abstracta.

Sinaí MLS, bien entendido, es un intento de recuperar esa lógica en el siglo XXI, aplicado al mercado inmobiliario y a la vida cívica local:

  • reemplazar corporaciones cerradas por comunidades abiertas con reglas claras,

  • sustituir el relato “cada uno se salva solo” por estándares de cooperación profesional,

  • devolver al ciudadano lo que se le robó:

    • información transparente,

    • datos de verdad,

    • trazabilidad de operaciones,

    • posibilidad de participar en un mercado ordenado y justo.

No se trata solo de “modernizar” el mercado.
Se trata de reconstruir una cultura hispano-argentina de comunidad y orden, usando herramientas modernas:

  • MLS,

  • datos compartidos,

  • acuerdos éticos,

  • capacitación real,

  • disciplina profesional.


8. La leyenda negra hoy: contra España ayer, contra Olavarría hoy

La mecánica es siempre la misma:

  • Ayer: “España es el problema, la hispanidad es atraso, la fe es barbarie”.

  • Hoy:

    • “El problema es tu propia ciudad, tus propios vecinos, tu propio sector”;

    • “no se puede cooperar”,

    • “es imposible ordenar el mercado”,

    • “todo intento de organización es fascismo o inquisición”.

En ambos casos, el objetivo es idéntico:

  • cortar tus raíces,

  • impedir que tengas orgullo propio,

  • que no confíes en tu comunidad,

  • que creas que la única salida viene de afuera:
    una franquicia, una ONG, un partido, un salvador importado.

Sinaí MLS plantea lo contrario:
que Olavarría puede y debe ordenarse a sí misma;
que los ciudadanos pueden generar sus propias estructuras de confianza,
sin pedir permiso a las oligarquías locales ni a los iluminados de Buenos Aires.


9. De la historia a la acción: lo que esta entrevista nos obliga a decidir

Lo que expone Gullo no es un ejercicio intelectual.
Es un ultimátum.

Si aceptamos que:

  • la leyenda negra fue fabricada por élites para dominar pueblos;

  • que se usó por derecha y por izquierda,

  • que hoy se recicla en clave identitaria e indigenista vacía,

  • que su objetivo es romper la continuidad histórica de Hispanoamérica…

Entonces tenemos dos caminos:

  1. Seguir decorando nuestra propia demolición,
    repitiendo consignas que nos dejan sin padre, sin tradición y sin proyecto.

  2. Recuperar la historia real,
    reconstruir orgullo sano,
    reconstruir comunidad,
    y crear estructuras concretas de orden en lo local.

Sinaí MLS se ubica en el segundo camino.
No se queda en discursos.
Quiere que la identidad se vea en:

  • contratos limpios,

  • tasaciones honestas,

  • colaboración real,

  • defensa del vecino,

  • instituciones que sirven y no parasitan.

La entrevista de Marcelo Gullo muestra cómo se fabricó el relato que nos dejó sin memoria.
El desafío ahora es construir, en ciudades como Olavarría, las estructuras nuevas que nos devuelvan algo todavía más importante que “el relato”:

la capacidad de decir:
sabemos quiénes somos,
sabemos qué nos hicieron,
y sabemos qué vamos a construir a partir de ahora.

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