Por: Observatorio de Transformación Inmobiliaria y Justicia Territorial – Sinaí

🧭 Introducción: cuando dos visiones del futuro se encuentran

Argentina está entrando en una fase decisiva:
por primera vez en décadas, la desregulación inmobiliaria dejó de ser un debate técnico para convertirse en una discusión cultural profunda sobre libertad, orden, verdad y responsabilidad.

En ese contexto, Diego Ibarlucía —fundador de Sinaí MLS Olavarría y uno de los impulsores más firmes del nuevo modelo basado en cooperación, datos y transparencia— mantuvo una conversación directa con Jorge Amoreo Casotti: emprendedor proptech con formación en arquitectura, especialista en estética urbana y una de las voces más fuertes del liberalismo inmobiliario en Argentina.

Casotti es fundador de PINT, la proptech de visualización 3D que irrumpió desafiando la inercia del Colegio de Martilleros de La Plata y defendiendo una visión radical de libertad de mercado.
Diego, por el contrario, viene de enfrentar la persecución del Colegio de Martilleros de Azul, ataques locales, denuncias absurdas y el caos profesional de un sistema que nunca generó datos reales, estándares ni reglas claras.

Dos mundos distintos.
Un mismo objetivo: romper la estructura que fracasó.

Y en esta entrevista, por primera vez, esas dos rutas se cruzaron.

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🔥 El diálogo: libertad pura vs. libertad con estructura

La conversación expuso dos almas del mismo problema:

Casotti, convencido de que el mercado corrige todo si el Estado deja de entorpecer.
Ibarlucía, que vivió en carne propia el colapso institucional y entiende que sin estándares de datos, trazabilidad y cooperación, la libertad sola se vuelve caos reproductivo.

Ambos coincidieron en un punto central:

“Los colegios inmobiliarios son estructuras corporativas obsoletas que bloquearon innovación, competencia y libertad.”

Pero ahí surgió lo más importante:
la libertad sin información ordenada crea nuevos monopolios invisibles.

Y Casotti —liberal puro— lo terminó concediendo:

“Para que el mercado funcione, la información tiene que ser transparente.
La calidad tiene que ganar.
Y si hay estándares —aunque sean voluntarios— mejor.”

Esa frase es histórica.
Marca el límite natural del liberalismo inmobiliario argentino:
sin un sistema que ordene los datos, la libertad queda secuestrada por quien los concentre.

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🧩 PINT y el desafío de la transparencia

PINT es innovación, velocidad, tecnología pura.
Es una señal de lo que se puede construir cuando se libera el mercado.

Pero también demuestra, sin quererlo, la tesis de Sinaí:

La tecnología sin estándares es otra isla.

PINT muestra cómo publicar, mostrar y modernizar.
Sinaí muestra cómo ordenar, auditar, integrar y proteger.

No compiten.
Se complementan.

La diferencia es filosófica:

• Casotti quiere libertad absoluta.

• Ibarlucía quiere libertad con verdad, datos, cooperación y sistema.

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⚖️ El corazón estratégico: ¿cómo evitar un nuevo caos?

Diego planteó la pregunta esencial:

“Si liberamos todo pero no ordenamos nada, ¿cómo evitamos que la información se transforme en el nuevo poder concentrado?”

La respuesta fue honesta y contundente:

• El mercado corrige, pero no corrige la opacidad.

• La competencia mejora calidad, pero no crea trazabilidad.

• La libertad impulsa innovación, pero no construye estándares comunes.

Y ahí la conversación giró hacia el futuro.

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🌐 El futuro: la infraestructura mínima para que la libertad no colapse

El cierre fue el punto más alto.
Diego le pidió a Casotti definir la infraestructura mínima para que una Argentina desregulada no termine creando nuevos oligopolios informacionales.

La respuesta —sin que él lo note— fue la validación conceptual del modelo Sinaí MLS:

• datos unificados,

• estándares compartidos,

• trazabilidad,

• sistemas interoperables,

• calidad como eje,

• competencia sin privilegios,

• instituciones voluntarias basadas en mérito,

• tecnología como acelerador,

• profesionales como garantes éticos.

Exactamente lo que Sinaí ya está construyendo en Olavarría.

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🏔️ Conclusión: dos visiones, un mismo destino

Esta entrevista marca un antes y un después.

El debate no es “libertad sí vs. libertad no”.
Ese es un falso dilema.

El debate real es:

¿Qué estructura necesita la libertad para convertirse en prosperidad?

Y ahí Sinaí MLS aparece no como enemigo de la libertad…
sino como la arquitectura que hace posible la libertad real en el mercado inmobiliario argentino.

Sinaí no compite. Ordena.
Sinaí no regula. Transparenta.
Sinaí no impone. Integra.

Mientras las viejas instituciones se desmoronan
y las nuevas tecnologías buscan un marco que las unifique,
Sinaí propone algo que el país nunca tuvo:

Un sistema donde la verdad es compartida,
la competencia es justa,
la información es pública
y el ciudadano vuelve al centro.

La libertad necesita un esqueleto.
Y ese esqueleto ya tiene nombre:
Sinaí MLS.