lunes 15 de diciembre de 2025 - Edición Nº200

Fe y Cultura | 5 dic 2025

Hispanidad, crisis civilizatoria y mercado in

Olavarría entre dos mundos: o reconstruimos la hispanidad o seguimos siendo mozos del imperio

A partir de las ideas de Marcelo Gullo sobre la leyenda negra, la hispanidad y la crisis del mundo moderno, esta nota propone algo incómodo pero necesario: entender que la batalla por el alma de Olavarría también pasa por el modo en que construimos ciudad, familia y mercado inmobiliario. El MLS Sinaí no es solo una herramienta comercial: es un intento local de recuperar orden, verdad y comunidad frente a un sistema pensado para que manden los más inescrupulosos.


Por: Centro de Inteligencia Estratégica Sinaí

1. ¿Por qué hablar de hispanidad en una nota sobre Olavarría y el mercado inmobiliario?

Marcelo Gullo lo dice sin anestesia:

  • La leyenda negra fue un veneno construido por el mundo anglosajón para destruir culturalmente a España porque no podían derrotarla militarmente.

  • Atacar a España es atacar al catolicismo que España encarnó en América.

  • La obra hispánica en nuestro continente no fue “exterminio”, sino evangelización y mezcla: ley, universidad, cabildos, caballeros cristianos, defensa de los débiles, mestizaje real, no discurso vacío.

¿Tiene algo que ver esto con Olavarría? Sí. Mucho.

Olavarría es hija de esa historia:

  • Ciudad levantada por gente que rezaba, trabajaba, firmaba en castellano y entendía que el hombre no es solo “consumo”, sino hijo de Dios con dignidad.

  • El cemento, las canteras, los barrios, las plazas, todo lo que hoy damos por sentado existe porque antes hubo un orden cultural que creía en el bien común, no solo en el interés individual.

Cuando compramos el relato de que “España fue lo peor” y que “Occidente moderno” (entendido como anglosajón, materialista y relativista) fue la salvación, no solo negamos nuestra historia:
negamos la raíz misma de cualquier proyecto serio de orden, justicia y prosperidad local.

El MLS Sinaí se planta justamente ahí: en esa grieta entre dos visiones de mundo.


2. Del caballero al burgués: cómo rompieron nuestro código moral

Gullo marca un quiebre claro:

  • El mundo católico medieval tenía como ideal al caballero: defensa de la fe, de los pobres, de los débiles, de la justicia.

  • Con la reforma protestante, el ideal pasa a ser el burgués:

    • Ya no interesa el bien común, sino el beneficio individual.

    • La riqueza pasa a ser “signo de predestinación”.

    • Las obras dejan de importar: si tengo fe (según esa lógica mutilada), puedo explotar a cien personas y sentirme “bendecido”.

De ahí viene el sistema actual:

  • Derecho internacional como telaraña que solo atrapa a los débiles.

  • Potencias que se auto-proclaman “pueblo elegido” y se sienten autorizadas a robar, mentir y matar si “conviene” a su interés nacional.

  • Un Occidente materialista que termina en aborto masivo, ideología de género, culto al deseo y destrucción de la familia.

¿Y Olavarría?
La ciudad no está fuera de esto:

  • Mercado inmobiliario armado para que ganen los más inescrupulosos, no las familias que necesitan techo.

  • Instituciones profesionales (colegios, cámaras, etc.) más preocupadas por defender privilegios que por ordenar el mercado y dar datos claros.

  • Justicia y política local atrapadas en lógicas de lobby y presión, no en la verdad ni en el bien común.

No es un problema “técnico”: es un problema de cosmovisión.


3. De la leyenda negra al auto-odio: cómo nos vaciaron por dentro

La leyenda negra logró dos cosas:

  1. Que odiemos o despreciemos la obra de la hispanidad.

  2. Que quedemos culturalmente desarmados frente al modelo anglosajón-liberal que hoy domina el sistema internacional.

Cuando uno detesta sus raíces:

  • Acepta sin filtro las categorías del enemigo cultural.

  • Se traga como “progreso” todo lo que venga envuelto en el paquete de “derechos” aunque implique matar niños por nacer, destruir la familia, relativizar la verdad o separar completamente economía de moral.

  • Se vuelve masa manipulable para la oligarquía financiera mundial que Gullo describe: esa elite que usa el libre comercio, la ideología de género y el wokismo como herramientas para uniformar mentalidades y desarmar resistencias.

¿Qué vemos en Olavarría?

  • Jóvenes que repiten consignas “progres” o “liberales” sin haber leído una página de filosofía, teología o historia seria.

  • Clases dirigentes locales que hablan de “inversión”, “desarrollo” y “mercado” con un lenguaje importado, pero sin datos fiables, sin estadísticas serias y sin ética profesional real.

  • Un sistema inmobiliario basado en el “sálvese quien pueda”:

    • Precios inventados,

    • tasaciones sin método,

    • operaciones sin trazabilidad,

    • familias pagando el costo del desorden.

Ese auto-odio cultural se traduce en caos concreto: barrios mal planificados, propietarios engañados, compradores desprotegidos, alquileres sin reglas claras.


4. Cristo Rey o la selva: no hay neutralidad

Gullo lo dice con crudeza:

  • Antes de la evangelización, muchas sociedades de América vivían bajo dioses de terror y muerte.

  • La evangelización católica liberó a millones de personas de un sistema sacrificial espantoso.

  • Cuando el Estado mexicano intentó arrancar el catolicismo del pueblo, los más pobres —los campesinos— se levantaron al grito de “¡Viva Cristo Rey!”.

Hoy el paganismo es otro, pero el mecanismo es el mismo:

  • Dioses modernos: dinero absoluto, placer sin límite, ego inflado, Estado convertido en ídolo, mercado sin moral, parlamentos que creen poder legislar contra la ley natural.

  • Resultado:

    • aborto masivo,

    • ideología de género,

    • destrucción de roles familiares,

    • soledad, depresión, desarraigo,

    • ciudades rotas donde el que tiene información y contactos compra barato y vende caro, y el resto agradece las migajas.

En el mercado inmobiliario esto se ve todos los días:

  • Propiedades convertidas en fichas de casino;

  • familias sacrificadas en el altar del metro cuadrado inflado;

  • abogados, corredores, políticos y jueces que miran para otro lado mientras el sistema tritura a los más débiles.

No hay neutralidad:
O volvemos a un orden centrado en el Reino de Cristo —verdad, justicia, bien común, defensa de la vida y la familia— o la ciudad será administrada por lógicas de sacrificio humano “civilizado”: deudas impagables, alquileres que expulsan, loteos sin servicios, barrios sin alma.


5. ¿Qué tiene que ver todo esto con el MLS Sinaí?

Mucho más de lo que parece.

El MLS Sinaí no es una franquicia importada ni un club de amigos:
es un intento concreto de reconstruir, en un sector específico (el inmobiliario), algo del orden católico-hispánico que se destruyó:

  • Bien común por encima del capricho individual del corredor de turno.

  • Verdad y datos por encima del relato y el humo de marketing.

  • Reglas claras, públicas y trazables por encima de la rosca de pasillo y el arreglo bajo la mesa.

  • Colaboración profesional en vez de envidia, boicot y guerra de egos.

  • Defensa de familias reales que necesitan vender o comprar bien, en lugar de alinearse con especuladores o estructuras corporativas cerradas.

En un mundo donde el derecho internacional es telaraña para débiles, el MLS Sinaí busca ser lo contrario a nivel local:

  • Un sistema donde el pequeño propietario, el joven que quiere comprar su primera vivienda, la familia que hereda una casa y no sabe qué hacer, no sean devorados por la jauría de los vivos.

  • Un espacio donde la palabra, la firma, los datos y el proceso valgan más que el amiguismo o el miedo.

Mientras algunos colegios profesionales y estructuras tradicionales se sostienen en el viejo paradigma corporativo —control, silencio, amenaza, cartelización—, Sinaí quiere volver al paradigma del caballero:
servicio, honor, sacrificio y protección de los débiles.


6. Reconstruir la hispanidad desde abajo: Olavarría como laboratorio

Gullo plantea un horizonte:

  • El mundo se encamina a grandes bloques culturales: anglosajón, ruso, chino, hindú, musulmán…

  • Si la hispanidad no se reconstruye como unidad cultural y política amplia, seremos mozos de otros imperios, no protagonistas.

Traducido a Olavarría:

  • Una ciudad aislada, sin proyecto común, sin instituciones nuevas, sin datos y sin ética, está condenada a ser “proveedora de recursos baratos” y mano de obra resignada.

  • Una Olavarría que se toma en serio su identidad hispánica y cristiana puede convertirse en un prototipo de ciudad media ordenada:

    • con estadísticas inmobiliarias públicas,

    • con MLS serios y conectados,

    • con profesionales formados en ética, filosofía, historia y doctrina social,

    • con familias defendidas en la práctica, no solo en el discurso.

Reconstruir la hispanidad hoy no pasa por banderas vacías de “imperio”, sino por:

  • Sanear mercados concretos (como el inmobiliario);

  • crear instituciones nuevas que no estén capturadas por castas locales;

  • formar cabezas y corazones que vuelvan a entender que el objetivo último no es “ganar más que el otro”, sino servir al bien común y al Reino de Dios en la tierra.

Sinaí MLS, bien hecho, puede ser eso:
un pequeño anticipo de lo que podría ser una hispanidad renovada, ordenada, católica y moderna a la vez.


7. Llamado al vecino de Olavarría

Esta nota no es para expertos. Es para vos. Si vivís en Olavarría, esto te toca.

Algunas decisiones concretas que podés tomar desde hoy:

  1. Dejá de repetir la leyenda negra.
    Informate. Leé. Entendé que odiar a España es odiar la tradición que nos dio idioma, fe, derecho, universidad y cabildo. Sin esa tradición no hay salida para Argentina.

  2. Dejá el relativismo cómodo.
    No “todo da lo mismo”. No todas las religiones, ni todas las ideologías, ni todos los modelos de mercado producen los mismos frutos. Por sus frutos los conocerás. Mirá los frutos.

  3. Revisá tu relación con el dinero y la propiedad.
    La casa no es un tótem especulativo: es un bien que debe servir a una familia, a un barrio, a una ciudad. Exigí reglas claras, datos honestos, contratos transparentes.

  4. No le entregues tu conciencia a la propaganda.
    Ni al “progresismo” que llama derecho a lo que es muerte, ni al “liberalismo” que idolatra el mercado sin moral. Ninguno de los dos coincide con la cosmovisión católica que nos dio identidad.

  5. Apoyá proyectos que construyen orden real.
    Si ves que Sinaí MLS —o cualquier otra iniciativa—:

    • publica datos,

    • pone reglas por escrito,

    • trabaja con exclusividad transparente,

    • abre la colaboración entre profesionales,

    • y se alinea con la defensa de la familia,
      entonces no lo ataques por reflejo. Probá, auditá, exigí… pero apoyá.

  6. Volvé a la lectura seria.
    Gullo insiste: no alcanza con podcasts y tuits.

    • Leé a Chesterton.

    • Leé historia real de la hispanidad.

    • Leé doctrina social de la Iglesia.
      Sin raíces intelectuales, cualquier moda te lleva puesto.


Olavarría está entre dos mundos:

  • el de una hispanidad avergonzada, débil, fragmentada, que solo sobrevive como recuerdo;

  • y el de una hispanidad nueva, consciente, católica, con instituciones renovadas que ordenan la vida económica, cultural y familiar.

El MLS Sinaí es una trinchera chiquita en esa guerra civilizatoria.
No va a salvar el mundo. Pero puede mostrar, en un sector concreto, que todavía se puede trabajar con orden, verdad, bien común y fe.

La pregunta no es qué va a hacer “el sistema” o “los políticos”.
La pregunta es: ¿de qué lado te vas a poner vos?

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