Por: Redacción Sinaí Olavarría
Iván Renkine: exclusividad, cooperación y por qué el mercado inmobiliario necesita madurar
En un mercado inmobiliario atravesado por desconfianza, fragmentación y discusiones estériles, escuchar a alguien que hace décadas opera, construye equipos y vende en serio es una bocanada de aire fresco.
Iván Renkine no habla desde la teoría ni desde la pose. Habla desde la experiencia concreta: Pinamar, Costa Esmeralda, Partido de la Costa, desarrollos propios, oficinas físicas, equipos numerosos y operaciones reales.
Y su diagnóstico es claro: sin exclusividad, sin cooperación y sin reglas compartidas, el mercado se degrada.
Uno de los ejes centrales de la charla fue la exclusividad.
Para Renkine no es un capricho ni una herramienta comercial más, sino la condición mínima para trabajar bien.
“Si no hay exclusividad, el mercado se prostituye. Se vuelve un caos.”
La lógica es simple:
El corredor que capta debe tener incentivos para invertir tiempo, dinero y energía.
El propietario necesita saber que su inmueble será trabajado en serio.
El comprador requiere información clara y trazable.
Sin exclusividad, nadie asume responsabilidad real y todos pierden.
Lejos del discurso romántico, Renkine plantea la cooperación como una decisión matemática.
Compartir propiedades no reduce ventas: las multiplica.
Compartir información no debilita al captador: lo posiciona.
En su experiencia, una gran parte de las operaciones exitosas se cierran de manera compartida, manteniendo:
reglas claras
acuerdos homogéneos
respeto entre colegas
El problema no es la cooperación en sí, sino el ego profesional, que lleva a muchos a decidir cuándo una propiedad “se vende” y cuándo no, en función de conveniencias personales y no del interés del cliente.
Uno de los momentos más contundentes de la entrevista fue cuando Renkine explicó cómo la falta de cooperación termina perjudicando directamente al propietario.
Cuando una inmobiliaria se niega a compartir:
se rechazan compradores reales
se alargan los tiempos de venta
se falsea la realidad del mercado
El propietario, muchas veces, ni siquiera sabe que su propiedad fue descartada por una decisión interna que nada tiene que ver con el precio o la demanda.
Renkine no plantea destruir instituciones, pero sí actualizarlas.
Cuestiona colegios más preocupados por controlar y sancionar que por capacitar, ordenar y modernizar.
Su postura es clara:
el profesionalismo no se impone por miedo
la autoridad no se construye con sellos
la legitimidad surge del trabajo real, la experiencia y los resultados
La desregulación, sin estructura ni criterios, puede derivar en más caos si no se acompaña de modelos de cooperación, formación y trazabilidad.
Aunque no lo nombre explícitamente, a lo largo de toda la entrevista aparece una idea central:
el mercado inmobiliario argentino carece de sistema.
Sin datos compartidos, sin reglas claras, sin cultura colaborativa, cada operación se vuelve más costosa, lenta y opaca.
Renkine demuestra que, aun en ese contexto, es posible ordenar, crecer y escalar.
Pero también deja una advertencia implícita: no todos están dispuestos a cambiar.
Esta entrevista no busca agradar.
Busca decir lo que muchos piensan y pocos dicen.
El futuro del mercado inmobiliario no pasa por slogans ni por peleas internas, sino por:
exclusividad real
cooperación inteligente
educación con experiencia
sistemas que ordenen el juego
Todo lo demás es ruido.