Por: Redacción Estratégica | Sinaí Olavarría
Parravicini no fue un improvisado, ni un charlatán de feria.
Hijo de padres cultos, formados y respetados socialmente
Pintor reconocido, expuesto en galerías
Vinculado a círculos intelectuales de su época
Registró más de 1.000 psicografías a lo largo de décadas
Nunca cobró dinero ni armó un culto personal
Esto ya lo diferencia de la mayoría de los “profetas de internet”.
Desde el punto de vista científico, hoy sabemos que existen fenómenos documentados como:
intuición profunda
pensamiento simbólico
percepción anticipatoria
estados creativos no ordinarios
Nada de esto viola la ciencia moderna; la psicología contemporánea los estudia seriamente.
Uno de los mayores daños que se le hacen a Parravicini es literalizarlo mal.
Él no hablaba de mesías políticos, ni de líderes mágicos.
Cuando menciona figuras como “el fantoche” o “el hombre gris”, no describe personas, sino procesos colectivos.
Eso coincide con:
Psicología social moderna
Estudios de conciencia colectiva
Historia de los pueblos en crisis
👉 Cuando una sociedad delega todo el poder, aparecen figuras intermediarias.
👉 Cuando una sociedad madura, aparece responsabilidad colectiva.
Eso es exactamente lo que describe Parravicini, sin nombrarlo así.
Desde una lectura bíblica seria —no religiosa superficial— el mensaje es claro:
“Maldito el hombre que confía en el hombre” (Jeremías 17:5)
“Mi pueblo perece por falta de conocimiento” (Oseas 4:6)
La Biblia no enseña a esperar líderes, enseña a:
asumir responsabilidad
vivir en verdad
cooperar con justicia
reconstruir desde abajo
El error no es creer o no creer en profecías.
El error es poner la esperanza en figuras y no en principios.
Mucho más de lo que parece.
Desconfianza entre vecinos
Falta de información clara
Instituciones cerradas
Ciudadanos desorganizados
Dependencia constante “de arriba”
Parravicini describe exactamente ese estado previo: confusión, división, espera pasiva.
La salida no es mística. Es práctica:
información compartida
cooperación real
responsabilidad individual
orden moral
Eso sí es verificable, medible y replicable.
No hace falta “creer” en Parravicini para aprender algo valioso:
📌 Ninguna sociedad se salva esperando
📌 Toda sociedad mejora cuando se organiza
📌 La verdad no libera sola: necesita estructura
📌 La fe sin obras es ideología
El mensaje de fondo —científico, bíblico y moral— es uno solo:
La Argentina no necesita salvadores.
Necesita ciudadanos conscientes, informados y cooperando.
Eso no es profecía.
Eso es responsabilidad.