

Por: Diego A. Ibarlucía
“Justicia, justicia perseguirás, para que vivas…”
— Deuteronomio 16:20
Hoy en Olavarría vemos propiedades duplicadas, promesas falsas, amenazas encubiertas y estructuras que protegen a los corruptos. Muchos creen que esto es solo una crisis del mercado, pero no lo es.
Es una crisis del alma de la ciudad.
Cuando se rompe la verdad, se rompe todo.
El desorden en los negocios no es más que el reflejo de una sociedad que se alejó de los principios eternos: verdad, justicia, honra, trabajo, responsabilidad.
No hay paz sin verdad.
No hay justicia sin orden.
No hay mercado justo sin hombres íntegros.
✝️ La Biblia nos advierte:
“Los impíos andan en todas partes, cuando la vileza es exaltada entre los hombres.” (Salmo 12:8)
Y eso es exactamente lo que pasa cuando los que mienten, roban o manipulan son aplaudidos por ser “vivos” y los que dicen la verdad son señalados como locos o peligrosos.
Pero el Reino de Dios no se rinde.
Como está escrito: “El juicio volverá a la justicia, y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.” (Salmo 94:15)
🛠️ Por eso estamos construyendo Sinaí.
No solo como modelo de mercado.
Sino como modelo de ciudad.
Una ciudad donde la palabra vale, donde los códigos existen, y donde trabajar con verdad no sea la excepción, sino la norma.
⚖️ Queremos que Olavarría vuelva a ser un lugar de justicia, de confianza, de honor.
Porque más allá de las ventas y comisiones, lo que está en juego es el alma de esta ciudad.
Vos podés ser parte de ese renacer.
O podés seguir jugando al “sálvese quien pueda” mientras todo se derrumba.