jueves 30 de octubre de 2025 - Edición Nº154

Poder Local y Ciudadanía | 22 jun 2025

Olavarría se juega el futuro ahora

Olavarría: Trampolín o trampa – el Master Plan que no puede esperar

Olavarría no está en ruinas, pero tampoco avanza. Tiene industria, talento, infraestructura y juventud. Lo que falta es visión compartida, una red ética de profesionales y un plan que ordene el potencial dormido. Esta nota expone lo que tenemos, lo que estamos perdiendo y cómo aún podemos construir una ciudad modelo.


Por: Arquitecto del orden invisible

📌 Olavarría: Trampolín o Trampa – El Master Plan que no puede esperar

En el centro de la provincia, entre rutas, piedra caliza y jóvenes que sueñan con irse, Olavarría respira… pero no vive.

Es una ciudad con estadísticas que aún la ubican entre las que "podrían ser algo grande", pero cuya realidad diaria muestra una población en piloto automático, sin liderazgo ni dirección estratégica clara. Y eso es lo más peligroso: no estar mal, pero no tener rumbo.

1. Radiografía de una ciudad detenida

  • Población: 125.751 personas (censo 2022), de las cuales 111.708 viven en la ciudad cabecera. Un tercio son jóvenes de entre 15 y 29 años.

  • Economía diversificada: minería (21 %), industria (27 %), comercio (25 %), agroganadería (24 %). Una bendición que hoy es desaprovechada por falta de integración entre sectores.

  • Infraestructura logística subutilizada: Parque Industrial, ZALO (Zona de Actividades Logísticas), cruces ferroviarios, rutas nacionales, universidades… todo existe, pero no se articula.

  • Empleo estancado: 54 % de tasa de actividad, 50 % de empleo efectivo. Pérdida reciente de 200 puestos mineros. Juventud calificada sin horizonte claro.

2. El enemigo invisible: desarticulación

No hay crisis económica terminal. No hay guerra. No hay pandemia. Pero Olavarría se consume en su propia tibieza: discursos que no generan acción, proyectos que no se ejecutan, personas que se desconectan.

El problema no es la pobreza. Es la mediocridad estructural que se ha normalizado.

Y el mayor responsable no es el político. Somos todos los que permitimos que esto se repita.

3. El plan que está faltando: visión, orden y código ético

Para que Olavarría no sea devorada por su propia apatía, hace falta:

  • Visión compartida: Qué ciudad queremos ser en 10 años. ¿Modelo de logística nacional? ¿Polo universitario productivo? ¿Ejemplo de ética profesional?

  • Red ética y profesional: Crear una estructura real de colaboración entre agentes inmobiliarios, empresarios, técnicos, constructores, arquitectos, desarrolladores y líderes cívicos.

    Una red como Sinaí, donde el profesionalismo no sea solo una palabra bonita, sino una práctica constante: procesos claros, métricas, formación continua, y sobre todo, un código de honor.

  • Gobernanza multisectorial: Estado, empresa y sociedad trabajando con metas concretas: viviendas accesibles, servicios confiables, inversión sostenida, identidad cultural, generación de empleo joven.

4. ¿Y si no hacemos nada?

Si seguimos así, no va a pasar nada dramático.
Y eso es lo peor que puede pasar.

Olavarría no va a explotar. Solo se va a seguir apagando lentamente, año tras año, talento tras talento, hasta convertirse en una ciudad más que "alguna vez prometía".

Las oportunidades no desaparecen: se mudan a otras ciudades donde haya gente con coraje para organizarlas.

5. Esta nota no es una denuncia. Es una invitación.

Si sentís que esto que leíste te interpela, no te quedes mirando. Hablá. Escribí. Proponé. Sumate.

El Master Plan de Olavarría no va a salir del Estado. Va a salir de las personas que entiendan que el orden no es represión: es justicia, es estructura, es fruto.

El legado no se hereda. Se construye.


📎 Leé. Pensá. Y si tenés algo que decir, hacelo. Porque quizás esta vez sí hay alguien del otro lado que quiere escucharte.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias