

Por: Observatorio Sinaí
🔍 Historia | Privilegios, farsas y despertar colectivo
En la Francia del siglo XVIII, mientras el pueblo no tenía pan, la nobleza organizaba banquetes.
Mientras las viudas pedían justicia, los jueces contaban monedas.
Mientras el pueblo moría en la calle, los aristócratas discutían “buenas formas” en Versalles.
El resultado fue predecible: una revolución.
No por ideología. Por hartazgo.
El pueblo no pedía guillotinas. Pedía verdad, pan y justicia.
Pero el poder no escuchó.
Y cuando la verdad no se escucha… se impone.
🏛️ ¿Y Olavarría?
Hoy, como ayer, tenemos una élite desconectada.
Colegiados que se creen reyes. Matriculados que se creen dueños de la ciudad.
Predican ética… mientras engañan a clientes, se reparten zonas y callan frente a la injusticia.
No tienen castillos, pero sí sellos.
No usan pelucas blancas, pero se creen superiores.
No pisan barro, pero deciden sobre la tierra ajena.
Y cuando alguien se atreve a denunciar la farsa… lo tratan de hereje.
🧭 ¿Qué es Sinaí?
Sinaí no propone cortar cabezas.
Propone cortar mentiras.
No se alza contra personas. Se alza contra el sistema que les enseñó a mentir, ocultar y traicionar.
Sinaí no es una guillotina. Es una torre de vigilancia. Una voz colectiva. Un acto de memoria.
Porque si el poder no escucha…
el pueblo no perdona.
✝️ Epílogo bíblico (para los que aún no se arrodillaron ante Baal)
“¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía para oprimir a los pobres!”
(Isaías 10:1)
“La piedra que desecharon los constructores… ha venido a ser la principal.”
(Salmo 118:22)
Hoy no hay guillotinas.
Pero hay hambre de justicia.
Y cuando la verdad baja al llano… se terminan los reinados falsos.