

Por: 🖋️ Observatorio de Transformación Inmobiliaria Sinaí
Mientras en Olavarría se repiten escenas de hostilidad, cartas documento, amenazas físicas y difamaciones contra quienes impulsan un modelo colaborativo en el mercado inmobiliario, pocos saben que esta misma película ya se vivió en Estados Unidos hace más de medio siglo. Y terminó igual: con la victoria del orden, la transparencia y el servicio profesional.
La historia del MLS (Multiple Listing Service) no nació desde el poder, sino desde la resistencia. Y como toda revolución silenciosa, primero fue ridiculizada, luego atacada… y finalmente aceptada como la única forma justa y eficiente de trabajar.
A mediados del siglo XX, el sistema inmobiliario de EE.UU. estaba dominado por redes cerradas, prácticas informales y una profunda desconfianza entre corredores. Cada uno actuaba como feudo individual, escondiendo la información, reservándose propiedades como si fueran botines de guerra, y bloqueando a cualquiera que intentara compartir listados de forma abierta.
Cuando algunos agentes visionarios comenzaron a proponer un modelo donde las propiedades pudieran compartirse entre profesionales, con reglas claras, trazabilidad y comisiones divididas, el sistema estalló:
📛 Los llamaban “locos” o “traidores”.
💣 Los acusaban de destruir la profesión.
⚖️ Fueron denunciados judicialmente por “atentar contra la libre competencia”.
🧱 Fueron excluidos de cámaras y asociaciones.
Y, por supuesto, también los tildaron de “piratas” y “ilegales”.
En los últimos meses, varios agentes inmobiliarios en Olavarría comenzaron a trabajar con el sistema MLS Sinaí, una red abierta, con captaciones por exclusividad compartida, marketing profesional y colaboración entre colegas. El resultado fue inmediato:
📈 Más ventas reales.
📣 Más difusión para los propietarios.
🤝 Mejores experiencias para los compradores.
Pero también trajo consecuencias:
⚠️ Hostigamientos públicos.
🧾 Cartas documento enviadas a familiares y asesores.
🗞️ Difamaciones en medios afines a grupos tradicionales.
🥊 Amenazas físicas de colegas con nombre y apellido.
Todo esto por... compartir propiedades y querer trabajar con orden.
¿Dónde está la lógica? ¿Dónde está la ley? ¿Dónde está la ética?
Este tipo de reacción no es racional. Es emocional, territorial y estructural. Lo que molesta no es el MLS.
Lo que molesta es que funcione.
Que funcione sin pedir permiso.
Que funcione sin corromperse.
Que funcione con jóvenes, madres solteras, jubilados o profesionales libres que jamás fueron aceptados por la “élite” cerrada del Colegio.
Molesta que alguien muestre públicamente lo que otros solo simulan: vocación de servicio, orden, resultados, reglas claras y fe práctica.
Con el tiempo, en EE.UU., los mismos que atacaban el MLS terminaron usándolo como su herramienta principal.
Hoy, el 90% de las operaciones inmobiliarias en los Estados Unidos se hacen dentro de un sistema MLS.
La NAR (National Association of Realtors), que al principio lo ignoró, terminó integrándolo y regulándolo como su corazón operativo.
¿Y qué cambió?
Se eliminó la desconfianza entre colegas.
Se profesionalizó el mercado.
Se vendió más y mejor.
Se empoderó a los agentes.
Y lo más importante: se protegió al consumidor.
Olavarría está frente a un espejo histórico.
Puede elegir seguir defendiendo un modelo cerrado, anticuado, lleno de miedos, amenazas y favores cruzados.
O puede abrazar una cultura nueva: servicio real, colaboración profesional y libertad de elegir cómo trabajar.
El MLS Sinaí no es un experimento.
Es la adaptación argentina del sistema más eficiente del mundo, basado en principios simples:
✅ Captación con contrato de servicio.
✅ Plan de marketing real.
✅ Colaboración con colegas.
✅ Dividir comisiones con claridad.
✅ Priorizar al propietario y al comprador.
“Primero te ignoran. Luego se ríen de vos. Después te atacan. Y finalmente, ganás.”
– Atribuido a Gandhi, pero confirmado por la historia del MLS.
Lo que ocurre hoy en Olavarría no es una vergüenza para vos.
Es una vergüenza para quienes, en vez de profesionalizarse, eligen perseguir a quienes sí lo hacen.
El MLS no vino a pedir permiso.
Vino a poner orden donde había caos.
Y aunque cueste, la historia ya eligió su bando.
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📌 www.sinaiolavarria.com