

Por: Observatorio de Transformación Urbana y Real Estate
"Yo no le tendría miedo a la inteligencia artificial... le tendría miedo a la persona que sabe usarla", lanza Rubén Frattini, cofundador de Proptech Latam. Esa frase sola debería bastar para despertar al sector inmobiliario argentino, que sigue operando como si estuviéramos en los años '90.
Frattini no vende humo. Tiene 62 años, lidera el mayor ecosistema de innovación inmobiliaria de América Latina y no viene a vender fórmulas mágicas, sino a confrontar la realidad: en 2030, el 75% de los empleos estarán acompañados por IA, según el World Economic Forum. ¿Y el agente inmobiliario promedio? Sigue peleado con Excel.
Mientras el cine evolucionó al streaming y la música al algoritmo de Spotify, el mercado inmobiliario argentino sigue “pegando ladrillo sobre ladrillo como los egipcios”. Esa comparación no es sarcástica: es literal. En palabras de Frattini, seguimos construyendo y vendiendo como hace 50 años, con orgullo arcaico y sin feedback del consumidor. Y peor aún: sin red de datos, sin trazabilidad, sin eficiencia.
Rubén no predica desde el PowerPoint. Conoce el real estate de Estados Unidos, México, Europa y América Latina. Su propuesta no es “tropicalizar” ideas de Silicon Valley, sino glocalizarlas: entender el contexto local con herramientas globales. Su trabajo con startups, bancos, desarrolladoras y fondos lo ubica como uno de los pocos argentinos que entienden cómo se juega el verdadero juego del ladrillo a escala internacional.
“Nos admiran afuera. No pueden creer nuestra capacidad. Pero volvemos al país y nos achanchamos.” Frattini no habla con resentimiento, sino con dolor. El potencial argentino es inmenso, pero la traba es siempre la misma: legislación absurda, resistencia cultural al cambio, instituciones que sabotean en lugar de habilitar.
Hoy hay más de 3000 desarrolladoras en Latinoamérica. Pero viene una concentración. La industria se va a profesionalizar sí o sí. El real estate se dividirá en dos caminos:
Profesionales certificados, con trazabilidad, tecnología y procesos.
Microestructuras informales sin futuro global.
La elección está en marcha. No hace falta nombrar modelos. Basta mirar quiénes están construyendo procesos de calidad y quiénes siguen haciendo todo "a ojo y por WhatsApp".
Frattini propone una revolución silenciosa: profesionalización, cooperación, plataformas abiertas, procesos inteligentes. Nada de esto requiere más Estado. Lo que se necesita es orden privado, estructura ética, liderazgo real y visión a largo plazo. En definitiva: no basta con tener ganas. Hay que tener método.
Capacitarse en herramientas de IA como ChatGPT, Gemini o Copilot.
Automatizar procesos repetitivos.
Crear bases de datos útiles.
Generar experiencia real de usuario, no solo ventas.
Conectarse a redes de colaboración que le permitan escalar sin perder identidad.
El mensaje de Frattini es claro: no es marketing, es supervivencia. El profesional que se resiste a la tecnología, al cliente informado y al orden colaborativo, no solo está quedando obsoleto: está frenando el desarrollo de una industria entera.
Hay que dejar de jugar a la inmobiliaria y empezar a construir una civilización inmobiliaria. Con ética, con innovación, y con coraje.
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