

Por: SINAÍ OLAVARRÍA | PERIODISMO DE ELITE INMOBILIARIO
“El inmobiliario tradicional está quedando obsoleto”, sentencia Bettatis con la naturalidad de quien ha vivido la transformación desde adentro. Ya no alcanza con tener olfato; hoy, dice, hay que acompañarlo con algoritmos, datos duros y visión económica. “Estamos en un negocio de vínculos, no de transacciones”, repite como mantra. En su oficina, la tecnología no es discurso: cada escritorio está conectado a pantallas en tiempo real, donde los clientes pueden visualizar los indicadores del mercado.
Bettatis plantea una redefinición total del rol profesional: “Un asesor inmobiliario tiene que saber de créditos, planos, indicadores, impuestos y estrategias de venta”. Lejos del estigma de "vendedor de casas", su equipo simula créditos, interpreta métricas y se entrena constantemente en herramientas tecnológicas. Las charlas abiertas al público y los embudos de conversión con KPI reales son parte del proceso. “Nosotros medimos desde el contacto hasta que la persona cruza la puerta”, explica.
Otro eje clave fue el análisis profundo del fideicomiso como herramienta. Bettatis advierte: “Si no se entiende la figura del fiduciario, la exposición financiera, y el marco legal de la ley 24.441, es fácil comprar un dolor de cabeza”. Desde su experiencia, deja en claro que los contratos deben ser estudiados con lupa y que muchos desarrolladores esconden riesgos en promesas encantadoras: “No alcanza con que te regalen el terreno: ¿quién se hace cargo del pasivo?”
Matías no tiene miedo de hablar claro. “Hoy un edificio con muchos amenities espanta más que atrae. Las expensas son un factor decisivo”, sostiene. Critica desarrollos sin criterio, proyectos fotocopiados y sin diferencial, y promueve el diseño minimalista, funcional y sostenible en costos. “El desarrollador que no escuche a la demanda, está condenado”, lanza sin rodeos.
El entrevistado también desarma con precisión las falsas promesas de ciertas plataformas tecnológicas. “Confundir un tazador automático con una tasación profesional es un error grave”, advierte. Para él, la inteligencia artificial debe acompañar la mirada humana, no reemplazarla. “Hay cosas que el algoritmo no mide: la vista, el entorno, el palier, la calidad constructiva. No todo se reduce al metro cuadrado”, explica con conocimiento de causa.
Su enfoque empresarial va más allá del ladrillo: "No decidimos un desarrollo con la foto del hoy, sino con la película de los próximos 4 años". Reivindica el análisis cíclico, el momento de comprar tierra, el valor de tener equipos entrenados y la capacidad de anticiparse a los movimientos de mercado. “Un error no se paga con excusas. Se paga con dinero propio. La diferencia entre el que sobrevive y el que muere es si puede autofinanciar sus errores”, afirma.
“Vendemos sin vender. Lo que ofrecemos es una experiencia informada.”
“Estamos en un negocio de vínculos infinitos, no de relaciones ni de transacciones.”
“El algoritmo es olfato + datos. Sin interpretación, la tecnología es humo.”
“La desregulación me preocupa menos que la improvisación.”
“La tecnología no es un eslogan. Tiene que estar cableada en la cultura de la empresa.”
Lo que Matías Bettatis expresa con tanta claridad es lo que en Sinaí MLS llamamos transformación estructural: pasar de ser meros intermediarios a ser verdaderos arquitectos de confianza. La visión de Bettatis se alinea con nuestro principio rector: el mercado no necesita más promesas, necesita procesos confiables, vínculos genuinos, datos interpretables y una ética clara. El futuro ya llegó… pero solo para los que estén dispuestos a aprender, a liderar y a dejar morir lo viejo.
📌 Portal Sinaí Olavarría – donde el mercado se ordena con verdad, visión y valor.
Tags: mercado inmobiliario, Matías Bettatis, entrevista Ladrillo, asesor inmobiliario, big data, fideicomiso, visión estratégica, MLS Sinaí, Olavarría, Buenos Aires.