

Por: ✍️ equipo editorial de Sinaí
A lo largo de una charla distendida pero densa, Guillermo Longhi dejó claro que para él, el escribano no es un mero funcionario técnico: es un pilar invisible del orden civil. “Somos los que damos fe. Cuando alguien firma en una escribanía, no duda que es el dueño”, dice con tono calmo pero contundente.
Longhi defiende la colegiación con convicción: capacitación continua, control disciplinario, representación institucional y función social son para él los pilares que justifican su existencia. Pero su defensa no es defensiva: está fundada en la experiencia, en el trabajo territorial, en el vínculo real con las personas.
Desde la firma de créditos hipotecarios hasta la planificación sucesoria, pasando por legalizaciones internacionales y escrituras sociales, el escribano es, para Longhi, el confesor civil del ciudadano argentino.
Lejos de aferrarse al pasado, el presidente del Colegio mostró una apertura activa a la innovación:
Firma digital
Comparecencia online
Apostillas en minutos
Data center propio
Inteligencia artificial aplicada a procesos internos
Integración con bancos, universidades y registros públicos
“Hoy podemos certificar un poder a distancia con alguien en Bélgica en 10 minutos. La gente todavía no lo sabe, pero ya estamos ahí”, contó con orgullo.
Esta visión rompe con el estereotipo del escribano analógico y revela una institución que está invirtiendo para seguir siendo relevante en el siglo XXI.
Longhi también trazó un diagnóstico claro del presente del mercado:
Más de 12.000 escrituras en abril
Créditos hipotecarios creciendo más del 600%
Efecto positivo de la eliminación del ITI, del COTI y del blanqueo
Rol clave de los escribanos para agilizar trámites y garantizar seguridad
Reconoce que el sistema aún es limitado (los créditos siguen siendo para pocos) y que hay cuellos de botella en los bancos. Pero cree que la tendencia es positiva y que el rol del escribano será cada vez más demandado si el país sigue este rumbo.
También dejó una frase potente:
“La riqueza no declarada de los argentinos no viene del narcotráfico. Viene de años de sobrevivir a un sistema que no los deja ahorrar ni proyectar. Esos dólares van a salir. Y ahí vamos a estar nosotros, para darles seguridad.”
Longhi explicó que el Colegio no solo regula, sino que interviene activamente en la inclusión habitacional, la niñez y los sectores vulnerables:
Escrituras sociales para regularizar barrios
Convenios con UNICEF para testamentos solidarios
Consultorios gratuitos para quienes no saben por dónde empezar
Actividades culturales, educativas y solidarias en toda la provincia
“La escribanía no es un negocio frío: es parte de la vida. Somos testigos de nacimientos, divorcios, compras, donaciones. Vemos lágrimas, risas, miserias y sueños cumplidos. Y eso nos humaniza”, remarcó.
Lo que Longhi defiende no es solo una institución, sino una idea de país:
Un país donde hay reglas, responsabilidad, profesionalismo y estructuras que garantizan justicia, aunque imperfectas. En ese sentido, su postura es valiosa, respetable y necesaria.
Pero también tiene límites:
Cree que solo los colegios pueden garantizar orden, cuando en realidad ese orden también puede surgir de estructuras voluntarias, trazables, éticas y descentralizadas.
No ve aún el poder de los movimientos híbridos, como el MLS Sinaí, que sin ser Estado ni Colegio, están construyendo estructuras nuevas de confianza profesional desde abajo.
El Colegio da fe. El MLS Sinaí construye confianza.
El escribano certifica. Sinaí conecta, ordena y potencia.
La figura del escribano puede y debe convivir con el nuevo orden que está naciendo: un orden horizontal, transparente, auditado por la comunidad y sostenido en reglas claras que nadie impone, pero todos aceptan.
Se trata de superar el viejo monopolio de la autoridad delegada por el Estado, y pasar a un modelo donde el poder viene de la comunidad que confía, de los procesos que se auditan, y del profesional que rinde cuentas con hechos, no con sellos.
Y ahí, el notariado puede ser un aliado estratégico del Sinaí…
Si se anima a soltar el miedo y abrazar la nueva arquitectura de la confianza.
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